Para todos quienes hayan mostrado interés en los llamados “Maestros de Sabiduría”, tan populares en las últimas décadas con el advenimiento de la conocida “New Age” y alrededor de quienes se tejieron todo tipo de fantasías e ilusiones, sería una acción “obligada”, a mi entender, el conocimiento y estudio de estas cartas. Aquí se transcriben ‘párrafos temáticos’ que aproximarán al lector al pensamiento de los llamados “Maestros” y a los principios por los cuales viven. Los manuscritos ‘originales’ de estas cartas se encuentran en el Museo Británico.

jueves, 12 de noviembre de 2015

1- UNA INCURSIÓN EN “LAS CARTAS DE LOS MAESTROS”




INTRODUCCIÓN A ‘LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS’

Mahatma, del sánscrito, significa “gran alma” (maha: gran; atma: espíritu o alma).



Título original:

THE MAHATMA LETTERS to A.P. Sinnett, from the Mahatmas M. & K.H.
(LAS CARTAS DE LOS MAESTROS a A.P. Sinnet, de los Maestros Morya y Kut’ Humi)



Trevor Barker (compilador y primer editor de “las Cartas”) escribió en su ‘Introducción’ a la Primera Edición de este libro:

"Es bien sabido, entre los estudiantes de Teosofía y Ocultismo, que las doctrinas filosóficas y éticas que se dieron al mundo a través de la Sociedad Teosófica durante los dieciséis años que siguieron a su fundación en 1875, procedían de ciertos Instructores orientales que se dijo que pertenecían a una Fraternidad Oculta existente en la fortaleza Transhimaláyica del Tibet. H.P. Blavatsky, quien junto con el Coronel Olcott fundó la Sociedad Teosófica, reconocía como sus Maestros a estos Hermanos orientales, afirmando no solamente que ‘Ellos existían’, sino que ella misma había recibido enseñanza e instrucción directa de dichos Maestros durante su permanencia en el Tíbet y que, por lo tanto, podía hablar con conocimiento de causa por su propia experiencia personal.

Pero no fue hasta 1880 que se consiguió otro testimonio más. En ese año, A.P. Sinnett, que entonces vivía en la India, por mediación de Madame Blavatsky pudo ponerse en contacto por correspondencia con los propios Maestros a los que ella se refería, indistintamente, como 'los Hermanos', 'Los Mahatmas' (Grandes Seres), y posteriormente, 'Los Maestros de Sabiduría'. Durante el curso de esa correspondencia que abarca desde 1880 a 1884, el señor Sinnett recibió muchas cartas de los Mahatmas M. y K.H., los Maestros en cuestión.


Son esas comunicaciones originales las que se compilaron y publicaron por primera vez en Londres, en diciembre de 1923, con el título: 'Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnet'.

Gran parte de lo que se llama hoy Teosofía proviene (a partir del siglo XIX, en que se fundó la Sociedad Teosófica), de las enseñanzas y enunciados presentes en estas cartas a Sinnet. Podríase afirmar que el valioso contenido de estas cartas y la obra escrita por H.P. Blavatsky (con ayuda de los Maestros): “La Doctrina Secreta”, han sido los dos materiales que impulsaron, desde la segunda mitad del siglo XIX, una gran revolución del pensamiento, principalmente en el mundo occidental, que se expandió en el siglo XX y hasta nuestros días.
Si bien las cartas escritas a Sinnet trataban a veces de temas referentes a la solución de problemas referidos a situaciones y circunstancias de aquella época particular, las cartas reflejan en todo momento al espíritu que las impulsó, mostrando conceptos muy valiosos, que no mueren con el cambio de época, y de lo cual se extraen Enseñanzas y Valores universales.

Para los que duden de la autenticidad de estas correspondencias, diremos que las cartas fueron escritas directamente por los dos Maestros citados, KH y M., y los originales se encuentran en el Museo Británico. En 1952, todos los manuscritos de las Cartas de los Mahatmas entregados al Museo Británico fueron microfilmados por orden de los Administradores del Fideicomiso. Las autoridades del Museo habían reunido el material en siete volúmenes, con su acostumbrada y exquisita competencia y cuidado, y los siete volúmenes quedaron reducidos a cuatro rollos de microfilms. Las copias de estos cuatro rollos se han enviado a diferentes organismos mundiales; a la Sociedad Teosófica y a otros, incluyendo la Biblioteca del Congreso de Washington, reduciendo así al mínimo la pérdida que representaría para la humanidad si los originales fueran destruidos en otra guerra; (en la segunda guerra mundial se destruyeron valiosas obras de arte, ciencia, literatura, esculturas, etc. La decisión de enviar copias de “Las Cartas”, en microfilms, a diferentes sitios fue preventiva, para evitar que estos valiosos documentos pudiesen desaparecer entre las ruinas de otra guerra).






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